domingo, 10 de mayo de 2015

Joaquín Pérez Azaústre. Una voz germinada en silencios y hallazgos


Joaquín Pérez Azaústre se diría el califa del reino perdido en la leyenda de Medina Azahara, de donde procede nuestro autor.  Tiene una voz honda suavizada por su simpático y luminoso acento cordobés. Una voz madurada en soledades remotas e indefinidas que se concretan en su poesía de la evocación. Su obra comunica habitualmente un pasaje habitado, una experiencia digerida sobre un tiempo pretérito como se muestra entre otros de sus poemarios en Delta (2004), El jersey rojo (2006) o Las Ollerías (2011),  a excepción de su deslumbrante último poemario Vida y leyenda del jinete eléctrico (2013) poesía épica postcontemporánea  en cuya sintaxis dislocada en collages textuales de múltiples intertextos se identifica su sentido crítico, político y existencial.

Joaquín Pérez Azaústre ha visitado Zafra el 30 de abril invitado por nosotros en la última sesión de este curso paseando sus palabras en primer lugar en la matiné del IES Cristo delRosario de Zafra, presentado con inteligencia y discreción por Luis Candelario Pérez, una presentación que le llevó a nuestro poeta a disertar sobre la experiencia comunicativa de las nuevas tecnologías al alcance de todos, ese hábito diario de los mensajes mediante los dispositivos móviles gracias a los cuales se está popularizando y se actualiza continuamente el hecho lingüístico deslizando la intimidad de las personas, punto que le sirvió para hablar sobre sus diversas fuentes de inspiración según su intención comunicativa, refiriéndose al verso pero también al artículo periodístico en su calidad de colaborador del diario El País, o el diario Córdoba. Los chicos del Instituto se mostraron muy participativos en la charla posterior, y  Azaústre  fue bastante solicitado al término del acto para firmar autógrafos.




Durante la velada poética en la Capilla del Parador de Turismo de Zafra, puntuales a la cita, fue presentado por Rafael García Cabañas quien esbozó con soltura la obra poética y  novelística de nuestro autor cordobés, un escritor con tendencia a crear heterónimos y a interponer pantallas que cubran su personalidad literaria, como ocurre en La suite de Manolete (2008) o su última novela Los nadadores (2012).

Joaquín Pérez Azaústre logró cautivar al público que  llenaba la sala, recreándose en su voz llena de intuiciones y maceraciones silenciosas que le daban sabor a una palabra llena de matices y vibraciones ocultas y que nos ha ofrecido en entrevista exclusiva para la Revista Madreselva, desvelándonos algunas claves de su personalidad y de su obra viajando con él hacia Mérida, desde donde tomó el tren hacia Madrid para volver al fragor de la vida periodística, viviendo y combatiendo con sus ideas desde la trinchera de sus artículos, una vida en la que se ha permitido el lujo de hacer un paréntesis para (en su generosidad) ofrecernos en Zafra su palabra honda y sincera macerada en el madurativo silencio de la historia.