Nos enseñó Marta lo importante que son los discursos de los hombres, el lenguaje interno de los que habitamos este mundo y nos ha instruido en la forma de identificar los códigos que nos esclavizan y hacen de nosotros unos seres que no queremos. Pero para descubrirlos e identificarlos
hay que hacer un esfuerzo. Nos convenció de que la literatura ayuda a identificar mejor los mensajes que subyacen en la sociedad y nos subyugan. Una literatura cálida y amable pero que nos hace reflexionar sobre los hábitos cotidianos y nos hace removernos de los asientos tomados para saltar a cambiar las cosas que no están bien. El 24 de noviembre de 2014 en el IES Dr. Fernández Santana de los Santos de Maimona estuvo Marta explicando su obra y exhortando a los niños a que lean literatura, a que transgredan las normas de una sociedad que les empuja a no pensar, a someterse a las leyes de un mercado que destruye lo personal y verdadero y que crea injustas consideraciones sobre la persona y lo personal.
Contó una anécdota que ilustra lo que decimos: acudió a una charla con unas mujeres en la que ella charlaba sobre su obra y una de las mujeres se levantó y le dijo "todo eso ya lo he leído yo, pero he tenido que dejarlo porque llegué a pensar que mi familia eran todos unos animales domésticos." Es decir, la literatura la iluminaba y la hacía plantearse las cosas. Y tuvo que dejar de pensar, porque eso la llevaba a plantearse el sometimiento y la rebelión.
Gracias Marta por tu literatura y deseamos lo mejor para tu carrera literaria.
hay que hacer un esfuerzo. Nos convenció de que la literatura ayuda a identificar mejor los mensajes que subyacen en la sociedad y nos subyugan. Una literatura cálida y amable pero que nos hace reflexionar sobre los hábitos cotidianos y nos hace removernos de los asientos tomados para saltar a cambiar las cosas que no están bien. El 24 de noviembre de 2014 en el IES Dr. Fernández Santana de los Santos de Maimona estuvo Marta explicando su obra y exhortando a los niños a que lean literatura, a que transgredan las normas de una sociedad que les empuja a no pensar, a someterse a las leyes de un mercado que destruye lo personal y verdadero y que crea injustas consideraciones sobre la persona y lo personal.
Contó una anécdota que ilustra lo que decimos: acudió a una charla con unas mujeres en la que ella charlaba sobre su obra y una de las mujeres se levantó y le dijo "todo eso ya lo he leído yo, pero he tenido que dejarlo porque llegué a pensar que mi familia eran todos unos animales domésticos." Es decir, la literatura la iluminaba y la hacía plantearse las cosas. Y tuvo que dejar de pensar, porque eso la llevaba a plantearse el sometimiento y la rebelión.
Gracias Marta por tu literatura y deseamos lo mejor para tu carrera literaria.
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