El martes 19 de febrero nos visitó el filósofo Carlos Díaz.
Por la mañana estuvimos con los alumnos de segundo de bachillerato de Fregenal y Los Santos. en el IES Eugenio Hermoso de
Fregenal de la Sierra. El acto fue presentado por Inmaculada, una de las profesoras
del centro, y por Benito Estrella, amigo del autor y conocedor de su obra.
Carlos Díaz comenzó el acto de manera sorprendente y rompedora, pues le dijo a
los alumnos que se levantaran de sus asientos y que se colocaran en torno a él.
Así , a la manera de las asambleas, para romper el hielo y propiciando una
comunicación más cercana empezó el acto. Carlos hizo un recorrido por la
historia de la humanidad y sobre las actitudes del hombre con sus semejantes en
sociedad. Distinguió tres actitudes: Preconvencional ( cuando predomina el
individualismo frente a la sociedad a la que se considera enemiga de nuestra
libertad , bienestar y seguridad); Convencional ( la más frecuente, al
hombre sólo le importa lo cercano, la familia y amigos, pero a partir de ahí
traza una línea que lo separa del resto de la humanidad y es la indiferencia lo
que predomina ante los demás) y finalmente Postconvencional ( cuando el lema del
ser humano es :”No querer para los demás lo que no queremos para nosotros y
querer para los demás lo que queremos para nosotros). Este es el lema del
personalismo comunitario, corriente filosófica que defiende el autor y que ante
los jóvenes destacó como un camino para humanizar la sociedad, una forma de
insumisión ante la insolidaridad , la injusticia y el pesimismo.
Por la tarde el acto
fue en el Parador ante un público numeroso. Benito Estrella hizo una presentación
original a modo de entrevista, recordando antes su amistad con él y dando
pinceladas básicas y muy orientadoras sobre nuestro autor, su pensamiento y su
personalidad. Destacó la honestidad intelectual y humana de Carlos Díaz, y su
carácter quijotesco y unamuniano, buscador incansable de la verdad, zarandeador
de conciencias contra la rutina y lo políticamente correcto. Con las preguntas
de Benito Estrella, el autor fue desarrollando las líneas principales del
personalismo comunitario. Habló de que ya no estamos en una sociedad teocéntrica
donde predominaba lo religioso, ni en una sociedad prometeica o ilustrada ,
también llamada sociocéntrica, de grandes relatos o ideologías. Ahora, afirmó
Carlos Díaz, hemos llegado a una sociedad hedonista, nihilista, y egocéntrica
en la que se ha olvidado al ser humano
como prójimo y predomina la indiferencia. Abogó por la recuperación de los
valores humanistas, lo que llamó la democracia moral, la solidaridad con el
débil, el perdón como forma de superar fanatismos y rencores y trató temas
polémicos, como la monarquía,la jerarquía de la Iglesia, ecologismo y aborto, etc.
El debate que se
suscitó con el público fue polémico, pero, en nuestra opinión, muy interesante
y enriquecedor. Sin duda los planteamientos de Carlos Díaz no dejaron
indiferentes a la concurrida audiencia y el acto se prolongó más de lo habitual, aunque mereció la pena. Agradecemos a Carlos Díaz su asistencia al Seminario y al
público que con sus preguntas estuvo a la altura de las circunstancias.
Bueno, también un poco impertinente, pedante (con sus constantes citas en alemán) y faltón estuvo el invitado. Desde un estrado y con un micrófono en la boca se debe ser más respetuoso con el público que, como dicen los comerciantes de los clientes, siempre tiene razón. Y si no la tiene, se le da.
ResponderEliminarAmigo PPK: creo que confundes en tu comentario -que por supuesto respeto- varias cosas: la pedantería con el saber, el estrado con la cátedra, al público -sean votantes o compradores- con las personas, al comerciante con el filósofo. Todo maestro filósofo, sea en el contexto que sea, tiene la obligación extrema de decir la verdad según su saber, guste o no guste a quien la oye; no está allí para vender nada ni contentar a nadie. Confundir el contexto mercantil con el contexto pedagógico es lo que nos ha traido hasta aquí. Un cordial saludo. Benito.
ResponderEliminarEstimado Benito: lo de darle la razón al público es, evidentemente, una forma de hablar, no muy acertada, a lo mejor; lo admito.
ResponderEliminarPero entre el saber y la pedantería creo que hay un abismo. Insisto. Y este hombre estuvo pedante: no se necesitan tantas citas en alemán, que después tradujo, ante un público que no sabe alemán.
Su soberbia, le llevó, además, a no soportar que alguien del público le corrigiera un error.
Y, por último, desacreditar a alguien porque no ha leído a Aristóteles en griego es tan absurdo como si se le descalifacara a él porque no ha leído la Biblia en arameo o hebreo.
Puedo estar confundido en lo que dices, pero la actitud de este hombre no fue la de un sabio. Al menos, yo no creo que se comportara como tal. De humildad cristiana, cero patatero.
Pregunta, Benito, a los asistentes al acto y comprobarás que no soy el único que sacó una conclusión parecida. Pero puedo estar equivocado.
Saludos.