viernes, 22 de octubre de 2010

NAUFRAGIOS Y LLUVIA

Ayer tuvimos de nuevo la sensación de que en Zafra se lee y mucho y de que cuando hay un buen autor, como es el caso, se le escucha y atiende. El acto fue algo más que un encuentro entre amigos, pues de la mano de Adolfo fuimos invitados a entrar y participar de su mundo interior, ofreciéndonos las claves de su libro. Comenzó el acto con la intervención de Luis Margüenda que resumimos: Señala Luis que Naufragios es un conjunto de relatos dotados de lograda unidad: la zozobra de unas vidas zarandeadas por una existencia equivocada. Reconoce los siguientes logros formales del libro: el manejo del diálogo informal, la capacidad para reproducir pensamientos a través de monólogos interiores o el habilidoso uso de tropos tradicionales. La estructura general del libro está basada en la doble dicotomía: realidad/sueño; pasado / presente. Piensa que el libro debe ser leído como una serie de relatos unitarios o como partes de un todo que el lector va trenzando hasta conseguir casi una novela corta. Todo arranca de una cita de Kathleen Raine en las que expresa el convencimiento de que el hombre posee una capacidad visionaria que le pone en contacto con un nivel más auténticamente real que el de la realidad misma. Indagar en el espacio que hay entre la realidad y el sueño, entre la palabra y lo indecible, donde anida el verdadero Amor, se aproxima a una experiencia que casi podemos calificar de mística. Catorce linternas es el logrado cierre que pone punto final a estos naufragios. Ling y Bai se conocieron en un encuentro fortuito originado por las inundaciones del Yang Tse en 1931. Toda la familia de Bai falleció, pero esa orfandad se vio recompensada con la presencia de Qin Ling. Ahora, 62 años después, la construcción de la presa de las Tres Gargantas y la crecida del río convocan fantasmas del pasado. Qin Bai y Ling se han ubicado en ese lado de la frontera de la vida en la que el Destino permite situarnos sin que el paso del tiempo sea sinónimo de arrepentimiento. El desbordamiento del río Yang Tse no anega sus existencias porque son felices. El autor ha recreado un espacio mítico para instalar en él una metáfora: los hombres olvidan siempre que la felicidad es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias. Podemos distinguir dos planos, uno lógico (la construcción de la gran presa, el agua como elemento natural destructivo) y otro simbólico (las verdaderas inundaciones son las correntías que ahogan nuestros sueños). Después de la intervención de Luis Margüenda, el autor del libro tomó la palabra y habló del proceso creativo del libro: La idea surgió del deseo de explorar otro mundo que no es la realidad palpable o como se llame, mundo trascendental, espiritual, alma... Siempre admiró a Platón y su caverna con ese juego de sombras y luces en el que se consigue ver la Verdad. Como ejemplo de esto surgió el relato Ríos rosas en el que José y María tienen un encuentro casi epifánico. A partir de aquí surge el tema y casualmente se encuentra con un relato de Katherine Reine (que podéis leer en la página 17 del libro ) que le descubre el pasado de José y María (los personajes que él había creado). Esto le lleva a escribir un encuentro en sueños que cuando lo hacen real este se destruye. El siguiente relato "El azul de las alas" cuenta la relación deteriorada de la pareja . Después comienzan diez microrelatos en orden descendente que titula Los restos del naufragio. Por último buscó expresar la diferencia entre el interior que pensamos y lo que le dejamos ver al otro y surgieron los relatos Mi nombre es Blanca y La visita. El último relato, que contenía una historia de amor eterno, encaja en el libro por tratar sobre la construcción de una presa ciclópea en China que inunda el relato. El autor destaca que el libro no puede imaginarlo ya sin las ilustraciones que LLuvia ha realizado, porque se han convertido en una parte muy importante del libro.
Lluvia cierra el acto contando cómo se hicieron las ilustraciones y que para él el poder hacer este trabajo había sido casi un lujo, aunque prefería llamarlo regalo. Esta humildad del autor engrandecen aún más sus ilustraciones pues han captado muy bien las pretensiones del libro. Para acabar nos gustaría reproducir las palabras de Adolfo Gómez Tomé que pronunció al comienzo de su intervención y que fueron de agradecimiento: - a Luis Margüenda León por la presentación y su amistad con el autor. - al Parador de Zafra por prestarnos la Capilla para el acto. - a la Editora Reginonal por la publicación y en particular a Luis Sáenz, por su ayuda y apoyo . - al público asistente por elegir ese sitio para pasar el tiempo.

3 comentarios:

  1. Enhorabuena por vuestra labor, os recuerdo con mucho cariño desde Zaragoza y os sigo en la distancia, y felicidades a Adolfo. Un abrazo: Lola Lasala

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  2. Felicidades, Adolfo, siempre.

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  3. Felicidades, Adolfo, siempre.

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