domingo, 23 de febrero de 2014

EL MAR DE FREGENAL


Dirección Fregenal de la Sierra, IES Eugenio Hermoso, 11 de una mañana húmeda, a través de los cristales el  Castellar aparecía, pero todo se tornaba extrañamente gallego y el paisaje-pasaje nos recitaba:
    
                                                     como chove miudiño,
                                                     como miudiño chove;
                                                     como chove miudiño
                                                     pola banda de Laíño,
                                                     pola banda de Lestrove.

Rosalía de Castro recitaba en nuestro Wagen de otra época. La lluvia que empapaba el camino trazaba nebulosa senda de serpiente y oteábamos las cumbres de un gallego corriente.







 Parecía que D´Ors iba de Galicia a Galicia. Marta Aguado, Elena Gañán, Inmaculada Fabián y Juan Parra inician la presentación del autor junto a su profesor José Antonio.
Habla el poeta : la poesía no tiene una aceptación mayoritaria, en parte merecida, porque hemos conseguido dar una imagen del poeta como un ser raro, ininteligible. Por eso un grupo de poetas en los años 70 nos propusimos normalizar la poesía y conectarla con la vida, hacerla más sencilla para contactar con la gente. Algo así como normalizar la poesía. A pesar de mis años siempre aprendo algo nuevo, recordando la frase antiquísima de Solón de Atenas: γηράσκω δ' αεί πόλλα διδασκομενος
                                                 envejezco aprendiendo siempre.

Recita su poema titulado los abuelos y todo se vuelve silencio. Despierta en todos un sentimiento de nostalgia hacia lo simple, un amor hacia nuestro pasado, que se incrementa en nuestro compañero Tomás Vázquez, que había estudiado de pequeño en este mismo colegio y decía (exagerando claro está) que las alumnas que veía les recordaba a sus abuelas, a las que él había amado de pequeño.
Terminado el recital los alumnos preguntan a D. Miguel : ¿Por qué estudia a Manuel Machado y no a Antonio?: para remediar una injusticia, pues sólo se hablaba de su hermano y él es tan buen poeta como el otro. ¿Qué poetas han influido en su obra? Alberti, Neruda, Pedro Salinas y una antología de poetas ingleses que tenía mi padre. Machado, Gil de Biedma, etc. ¿Cuál es su proyecto literario? Seguir viviendo. ¿Por qué no escribe novelas? No tengo talento para ello, aunque soy consciente que muchos poetas lo han hecho para ganar dinero. El director del instituto le hace una pregunta que, según sus palabras,  lleva haciendo 30 años, ¿se escribe mejor desde la euforia, la alegría o desde la tristeza? En su caso desde la tristeza, pues cuando nos alegramos tenemos una forma de celebrarlo. sobre la felicidad él ha escrito algo que se ha hecho famoso en Brasil: La felicidad consiste en no ser feliz y que no te importe.


Terminado el acto, volvimos a la calle y a nuestros oídos acudía:
                               Ondas do mar de Vigo
                                se vistes meu amigo?
                                E ai Deus! se verra cedo?
Como salidos de una bruma gallega, el mar nos parecía cercano, aunque dudábamos, pero fuimos convencidos por nuestro apreciado ya D. Miguel de que así era. Efectivamente aparecieron unos grandes peces en nuestros platos mientras hablábamos de películas del Oeste.





Prefiere Miguel D`Ors el nombre de poesía figurativa al de poesía de la experiencia. Citando ayer a José Luis García Martín, dio su opinión sobre su poesía y su generación: un grupo de poetas, que pretendía hacer una poesía que huyera del esteticismo, culturalismo, etc y del realismo social,  anteriores a los poetas de la otra sentimentalidad. Os dejamos un enlace a uno de los libros que describen bien la poesía de D. Miguel:

http://books.google.es/books?id=jad4Vgyb0jUC&pg=PA67&dq=miguel+d%C2%B4ors&hl=es&sa=X&ei=_xMHU9rIFoqy0QWz2ID4DQ&ved=0CFgQ6AEwBw#v=onepage&q=miguel%20d%C2%B4ors&f=false.

Agradecemos a Tomás Vázquez Martínez su original presentación, la elaboración de los cuadernillos,  su gran afición a la lectura y su grata compañía.
Y por último un poema de D. Miguel:

 Ciudad en mí (Santiago)
«Ciudad extraña, hermosa y fea a un tiempo.»
(Rosalía de Castro, En las orillas del Sar, «Santa Escolástica», III, 1).
 
Yo no pude elegir: abrí los ojos
y la vida era lluvia y noche y piedra, y sólo
el húmedo reflejo de un farol gemebundo;
yo no tuve la culpa si invadieron mis sueños
las campanadas grises, el musgo, los paraguas
litúrgicos, aquellas nubes pétreas;
yo no tengo la culpa si esa melancolía
fue mi patria nativa, la costumbre
de mis años silvestres; y tampoco si ahora
llevo conmigo, dentro, aquella lluvia y lluvia
y lluvia que ponía
—...martes, miércoles, jueves...— pensativas
las piedras de Santiago.

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