lunes, 30 de noviembre de 2015

La realidad caleidoscópica de Pablo del Barco

El primer autor del ciclo El signo experimental (que integra las charlas de los tres invitados de esta temporada) ha sido el polifacético Pablo del Barco, que vive sumergido en arte constantemente en su calidad de poeta, pintor, narrador, editor y gestor cultural tras retirarse desde hace unos años de su cátedra de profesor universitario en la facultad hispalense. La luz de Sevilla mezclada a la luz de Latinoamérica es la que infunde a sus cuadros esa vitalidad tan peculiar y en sus escritos ese aliento cotidiano en ocasiones irónico, que circula por toda su obra versal y visual, como hemos señalado en la revista Madreselva.



Fregenal fue el escenario de la matiné con escolares ese día 26 de noviembre, concretamente el IES Eugenio Hermoso, colaborador de nuestro Seminario, donde un grupo de alumnos dirigidos por José Antonio Gómez, dieron muestra de acertados comentarios sobre la obra de Pablo del Barco, fruto de una atenta lectura donde desgranaron el estilo de este burgalés transterrado en Sevilla en un salón abarrotado de estudiantes adonde se acercó la pintora Pilar Molinos, con quien tuvo la oportunidad de conversar el artista, el poeta José Manuel Martín Portales, quien nos acompañó y tuvimos el placer de compartir la mañana y el director del Seminario, José Juan Martínez Bueso.

El Salón de las Chimeneas, dentro del Parador de turismo de Zafra, es el nuevo enclave que va a tener a partir de ahora el Seminario Humanístico y Pablo del Barco fue el encargado de inaugurarlo el mismo 26 a las 20'30 en una lectura presentada por Patricia Amigo Lorido, filóloga licenciada en Cáceres recientemente y que con Pablo del Barco y el director del Seminario hacían tres filólogos en raya, demostrando que este gremio, más que una carrera supone una actitud vital que (vistos los resultados) cunde sobradamente.

Foto: Victor Pavón


Pablo delBarco se auxilió de diapositivas para mostrar parte de su poesía visual, faceta que sorprendió por su novedad a un público que abarrotaba la sala y que escuchaba la voz honda y profunda de este castellano meridional que en su lectura recorrió su vida ilustrándola con sus poemas, disertando en los comentarios sobre el republicanismo de los hermanos Machado y decantándose por la pluralidad y el dandismo poético  de Manuel frente al maiestático Antonio.


Pablo del Barco nos ha dejado el aire risueño de su carácter aventurero lleno de luz, el aire de un jilguero socarrón que sobrevuela su barrio entrecortado en el abierto horizonte de un sueño azul donde vibra la poesía por siempre como alma nutricia de su arte total.

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