sábado, 13 de noviembre de 2010

CIEN AÑOS CON MIGUEL HERNÁNDEZ

Por tu nobleza se musicaliza
el saturno de sol y piedra, en tanto
que tu rabo primero penas iza.
Acudimos entusiasmados a estar junto a Miguel Hernández. Sus versos y su vida sonaron ayer en el IES Suárez de Figueroa primero por boca de D. Juan García, quien entre saturnos, cupidos, capotes y toreros fue explicándonos cada uno de los versos de La elegía media del toro . Como hacía Miguel con su poema, lo recitaba desplegando unos carteles con dibujos alusivos, hizo ayer D. Juan García, quien nos recitó y explicó los versos ilustrándolos con hermosas imágenes.
A continuación intervino D. José Luis Ferris quien nos habló de la vida del poeta de Orihuela. Tras las emocionadas palabras dedicadas a Dulce Chacón, que lo convenció para que escribiese la biografía, y el agradecimiento a Ana Gavín, Ferris nos recita dos poemas que dejan en el salón a un maravilloso Miguel Hernández:
NEGROS AHORCADOS
A fuego de arenal, frío de asfalto.
Sobre la norteamericana de hielo,
con un chorro de lengua, Africa en lo alto,
por vínculos de cáñamo, del cielo.
Su más confusa pierna, por asalto,
naúfraga higuera fue de higos en pelo
sobre el nácar hostil, remo exigente...
¡Norte! Forma de fuga al sur: ¡Serpientes!
Conozco bien los caminos, conozco los caminantes del mar, del fuego, del sueño, de la tierra, de los aires. Y te conozco a tí, que estás dentro de mi sangre.
En pocos años Miguel ha progresado mucho en su poesía como muestran estos dos poemas.
Hace un repaso por las biografías que le han precedido y comenta que Juan Guerrero Zamora, movido por el ambiente del franquismo, quiere salvar al poeta diciendo que fue engañado por las hordas marxistas y que murió creyendo en Dios, queriéndolo retratar como un prototipo de macho ibérico. Por ejemplo Juan llegó a escribir que Miguel sufría dolores de cabeza por el excesivo uso que hacía del matrimonio. Elvio Romero le atribuyó un poema que no era di Miguel, sino del propio Romero: Adiós hermanos, camaradas y amigos. Despedidme del sol y de los trigos.
Quiere romper los tópicos de su figura: poeta-pastor, autodidacta y pobre. Taza el perfil de su infancia: ambiente religioso de Orihuela, ciudad levítica. Pobres no, austeros sí. Autodidacta no, pues estuvo diez años escolarizado. A continuación hace un recorrido por los episodios más importantes de su vida y en medio de este aluvión de aconteciminetos nos recita de memoria la elegía a Ramón Sijé:
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Tras estos emocinados versos, el público generoso arranca unos agradecidos aplausos. Cuenta episodios de la guerra civil, comentando la postura de los intelectuales como Alberti, frente a la postura comprometida y en combate de Miguel.
Tras la disertación de Ferris el público pregunta sobre algunos aspectos que no ha comentado pero que quiere aclarar.
Recordamos a una alumna del instituto que le preguntó por la relación con María Zambrano. Al final el público pudo agradecerle a Ferris la buena conferencia que habían oído.
Postdata: sabemos que José Luis Ferris leerá este texto, así que le deseamos lo mejor de lo mejor y que no olvide que Zafra le quedó agradecida y que gracias a su gran amiga, hemos contado con su presencia.

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