Luisgé Martín apareció acompañado de un taxista como en su novela Las manos cortadas. Una niebla misteriosa y un día lluvioso hacían aparecer al escritor (a veces de oficio y por ello cansado) en el Castillo de los Duques de Feria. A pesar del día y de que jugara el Barcelona, la Capilla del Parador de Zafra se llenó de público para celebrar uno de los actos de la Semana de la Literatura. Acompañado por Adela Salas y Rafael García, Luisgé se sentó en el centro de la mesa asombrado de ver un salón hermoso de una pequeña localidad que hacía sentar en silencio a un poblado auditorio de curiosos por escucharle.
De su atenta mirada surgía la serenidad suficiente para iniciar su presentación. Adela Salas, profesora del IES Suárez de Figueroa, presenta al autor haciendo un recorrido por su obra (www.dospassos.es/autores/detalle/7/luisge-martin/) y explicando los argumentos y las intenciones de cada uno de sus libros.
Comenta Luisgé que como lleva una vida atropellada ha preparado un texto que lee a continuación. Hay dos tipos de escritores. El escritor de oficio, que escribe sólo cuando se le paga. Y el de destino o de raza, que escribiría incluso apaleado.Comenta los tópicos que existen sobre los escritores de raza: románticos, bohemios, escriben siempre, mesa de trabajo desordenada y llena de libros, de objetos de viaje exóticos, beben alcohol, whisky, absenta. Tienen un aspecto desarreglado. Pero lo más importante está en sus ojos. ¿Qué habrá en ellos? ¿Un ser melancólico que escribe para ocultar sus vulgaridades? ¿Un hombre desamparado? ¿Un naúfrago? Las causas del naufragio pueden ser múltiples. Un amor malogrado, adicciones, sufre el menosprecio social, tiene muchos desengaños. El resultado en cualquier caso es que el escritor está demediado, es un inadaptado, mira con frialdad el mundo, está perplejo. Pero después de esos momentos de asombros el escritor vuelve a la normalidad. Vive como los demás, lo que ocurre es que es un adolescente perpetuo y por tanto un rebelde. El escritor se convierte en un ser bipolar: vive y crea. En él,citando a Carmen Martín Gaite, Lo raro es vivir. Vivir es un despropósito.
La escritura para el escritor es un remedio para resolver sus carencias y, aunque no le cura, le alivia. Y por tanto podría ser válida la afirmación de que nos refugiamos en la ficción para huir de la realidad.
A Flaubert le preguntaron que de dónde había sacado la inspiración para escribir Madame Bovary. Y él decía: Madame Bovary soy yo. Es evidente que el alma del personaje lo tenía dentro de sí. Ningún escritor escribe de asuntos ajenos. Se escribe para vivir otras vidas, para alimentar mis fantasmas, para aliviar. Al escribir se crea y se es un poco Dios. Termina con un ejemplo claro de lo que está diciendo y nos explica cómo de una manía suya (la de soportar mal cualquier tipo de ruido que le llevó a poner su oído en el suelo para oír con más claridad el televisor que su vecino del piso de abajo escuchaba) le surgió el personaje de Victoriano Larrañaga, que en Las manos cortadas, es quien escucha la conversación sobre la trama de una conspiración contra el gobierno de Allende con la oreja pegada al suelo.
A continuación el público le hizo algunas preguntas. Destacamos la de María del Carmen, Consejal de Cultura, quien comenta que lo que ha contado sobre el escritor es algo parecido a lo que hace el lector, pues vive también otras experiencias, lo que ocurre es que el escritor es doblemente feliz porque las puede leer y crear. Luisgé habla sobre el gran momento que se produce en el escritor cuando encuentra la solución que estaba buscando y se pone a escribir. Pone un ejemplo contado por Muñoz Molina quien descubrió que el molino que había visto en su localidad de pequeño y que ahora se había convertido en restaurante era el sitio ideal para que dos protagonistas se encontrasen. Esto le causó al autor del Jinete Polaco o Plenilunio una emoción inmensa. Se acabaron las preguntas y se anuncia que el próximo acto será el 17 de enero, lunes, en el mismo lugar. El invitado será Joan Margarit.
Olé, poeta. Magnífica idea esta tuya de resumir el acto en forma de acta (perdón por la paronimia), que levantas como si de un secretario se tratase.
ResponderEliminarAnimo desde aquí a que la gente se anime a opinar sobre los actos que se desarrollan en la capilla del Parador y así entablar un pequeño debate sobre las actividades del Seminario Humanístico.
PPK,