viernes, 29 de noviembre de 2013

VICENTE MOLINA FOIX, LA MUSA FURTIVA

Agradable la visita de Molina Foix. En el Cristo del Rosario con una puntualidad inusual, aunque procurada, a las 12: 03 minutos Vicente es fotografiado a los pies del estrado donde iba a dar la charla. Espera hierático el flash que indicará el éxito de su fotografía y un gran público joven le contempla entre comentarios adolescentes.
Sentados, una alumna presenta con timidez al autor, lee un texto que ella ha trabajado y repasa con detalle los premios, su obra, géneros diversos que el autor ha cultivado. 
La mejor presentación sin duda es su poema Lección de anatomía, que recuerda los versos de Arquíloco de Paros cuando deja el escudo en el campo de batalla para salvar su vida:

Soy el merodeador de las emociones perdidas,
el más impertinente caminante que se haya visto jamás,
y mis rodillas nunca flaquean
al escurrir el golpe,
al abandonar y al huir.
Por eso tengo el estómago que tengo.
........
Pero no soy tan malo 
como parezco .
Albergo en algún sitio
de mi anatomía
un pequeño hueco 
que no es el alma, no,
eso también lo sé,
¿Qué es entonces?
No saber lo que es,
y tenerlo así de vacío
me anima a levantarme 
cada mañana,
a sacar de la cama este cuerpo desnudo
y poco flexible,
a lavarlo con cierto esmero,
a ponerle ropa interior y exterior,
y a verlo en el espejo del tiempo ido.
Por eso  puedo exponerlo hoy,
sin demasiado rubor,
ante ustedes.
Le toca intervenir al autor de la Musa Furtiva, recuerda sus inicios por si alguno de los presentes quiere tomar nota. Él escribía desde muy joven y su lanzadera fue la antología de Castellet que lo sitúa en el grupo de los nueve novísimos. Pero ese mismo año a la salida de un examen durísimo le anuncian la publicación de su primera novela. Coinciden en el mismo año publicados poseía y novela. Estamos ante una generación híbrida. Él, como todos los de su generación, es muy aficionado al cine. Explica cómo esa afición le llevó a hacer películas (Sagitario).
Por último habla de él como autor de poemas: durante toda su vida ha escrito poesía y ha sido ahora cuando ha seleccionado las que cree que deben salvarse y las ha publicado en un libro: La Musa Furtiva. En ella se muestra mi vida. Habla de los poemas de tema amoroso: frente a los poetas anteriores que escriben cuando están enamorados, él escribe cuando se acaba el amor y se inspira en la poesía griega y latina, sobre todo en los epigramas y las sátiras. Recita el Epigrama segundo y un limbo.
Nos habla ahora de su afición a escribir poemas de animales sobre todo a los perros. Escribió un poema a un perro que él quiso mucho, que se llamaba Delos y vivía en París: Delos.
Nos habla de su afición por lo que llama variaciones (partir de un verso de un poeta que le gusta) y también por los homenajes a escritores como el que le ha hecho a Luis Cernuda, El traje de Cernuda.  Explica que la relación del poeta con la familia no fue fácil y que Cernuda aunque fue un poeta olvidado, después representó para muchos un modelo a seguir y el traje que muchos otros hemos llevado puesto:
El amor que no sabe
arder anónimo
un día se incendió en el corazón
del niño solo.
Aquel amor de ellos te apresaba
como prenda medida para otros,
pero tú sí pudiste quitarte
una a una las ropas
del uniforme.
Tu desnudez fue el atuendo
que otros que nacerían mucho después,
y no supieron tu nombre,
llevaron sin miedo
para salir a la calle,
las calles que ya nunca volviste a pisar.
Termina haciendo una referencia a las rencillas entre los escritores haciendo un guiño a lo que le pasó con su libro El abrecartas en el premio Dulce Chacón. 
Se inician las preguntas del público y la primera fue cómo consigue ser siempre tan moderno. Él dice que sigue la línea clara de la poesía, no busco una poesía llena de imágenes y palabrerías, aunque me guste leerla. Una poesía de verso corto, un poco narrativa y un ritmo escalonado.
El consejo que les dio fue LEER y trabajar. Considera la escritura como un parto pero no doloroso, sino feliz. 
Le preguntaron por cómo debe ser la poesía si deshumanizada o combativa. Critica el término deshumanizado para la poesía. Dice que es un término que acuñó Ortega y Gasset para indicar la entrada en el arte de un mundo nuevo, de los sueños del surrealismo. Pero piensa que para combatir y denunciar ya hay mecanismos que se encargan de ello, la poesía debe entrar en los problemas de la gente pero siempre llega tarde. Y la denuncia de los problemas actuales deben resolverse por medios más rápidos. La buena literatura siempre es rebelde: nuestro horizonte como seres humanos, la apertura del hombre. Esto es lo que hace a la literatura más humana sin necesidad de hacer panfletos.
Terminamos el acto y continuamos el camino por las calles de Zafra, sus comentarios siempre son muy sinceros y sin esconder nada, aunque él se califique de impertinente, nosotros  le calificaríamos de valiente.


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